El Señor Jesucristo mismo dijo: “...porque mi yugo es placentero y ligera mi carga.” (Mt. 11:30); “... porque en esto consiste el amor a Dios: que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos.” (1ª Jn. 5:3). Muchos se quiebran la cabeza buscando cuál es la voluntad de Dios para su vida; pero pareciera que lo que realmente buscan es que el Señor les diga lo que ellos desean oír. Pero veamos en las Escrituras algunos ejemplos de la voluntad de Dios, y midámonos si estamos dispuestos a obedecer.
La voluntad de Dios es:
- Que lo conozcas a Él, el único Dios verdadero, y a Jesucristo.
- Tu santificación, que te apartes de todo pecado.
- Busca al Señor en oración continuamente. Mantente en comunión con Él.
- Lee y medita en su Palabra.
- Ama a tu hermano.
- Perdona al que te ofendió.
- Diezma y ofrenda.
- Ama a tu esposa si eres casado.
- Sométete a tu marido si estás casada.
- Obedece y honra a tus padres si eres soltero.
- No ames el mundo ni lo que hay en él: fama, dinero, moda, costumbres, bienes materiales, prosperidad.
- Renueva tu manera de pensar para que sea conforme a la Palabra del Señor y no a tu propio criterio.
- Da con corazón generoso y desprendido, ...y con sabiduría.
- Sométete a tu pastor.
- Ten dominio de ti mismo: no des lugar a la ira, envidia, rencor, soberbia, arrogancia, autosuficiencia, odio, lujuria, fornicación, desenfreno, rebeldía, rivalidad, celos, auto-compasión, auto-menosprecio, etc.
- Desecha de ti la desconfianza, la incredulidad y el temor; esto es desagradable al Señor porque lo menosprecias.
- Apártate del adulterio (ocular, mental o consumado; en todos los casos es pecado).
- No seas idólatra. Muchos cristianos practican cotidianamente la idolatría (de hijos, cónyuge, bienes, dinero, ministerio, etc.)
Si quieres conocer más de la voluntad de Dios y ponerla por obra, consulta las Escrituras y busca al Señor con todo tu corazón cada día de tu vida.
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