Una niña hace una pequeña pregunta a su madre: "Mamá, ¿cómo se creó la raza humana? La madre le contesta: Dios creó a Adan y Eva y ellos tuvieron hijos y así se formó la raza humana'. Dos días después la niña le hace a su padre la misma pregunta. El padre contesta: 'Hace muchos años existieron monos y fueron evolucionando hasta los seres humanos que ves hoy'. La pequeña, toda confundida, regresa con su madre y le dice: 'Mamá ¿cómo es posible que tú digas que la raza humana fue creada por Dios y papá diga que evolucionó del mono?' La madre contesta: 'Mira querida, es muy simple. Yo te hablo de mi familia y tu padre te habla de la suya.'
Un científico se dirige al Señor para decirle: “Dios, ya no te necesitamos. Hemos alcanzado tal grado de conocimiento y avance tecnológico que podemos seguir sin ti. Mira que somos capaces hasta de crear un ser humano con sólo mezclar los minerales que hay en el suelo. Eso es fácil. Así que ya no necesitamos un Creador para explicar la existencia humana”. El Señor respondió: “Eso está muy interesante; me muestras cuál es la mezcla”. Muy ufano, el científico le dice: “Mira, tomamos del suelo los minerales de que está constituido el cuerpo humano, los mezclamos, agregamos ciertos químicos, una corriente microeléctrica y listo. Así de sencillo. ”El Señor le dice: 'Muéstrame'". El científico se inclina para tomar un poco de tierra, pero Dios lo detiene, y le dice: “Hey, hey, espera, cada quien su tierra”.
Un cristiano maduro está con los pies en el suelo, pero con el corazón en el Cielo.
El pueblo de Dios se ha dedicado tanto a predicar el Evangelio que se está olvidando de vivirlo. (Anónimo, en referencia a que muchos cristianos justifican su conducta mediocre porque evangelizan mucho o porque sinceramente creen que su galardón dependerá de la cantidad de evangelizados)
La Palabra de Dios contiene su voluntad. Créela y serás salvo, practícala y serás santo, léela y serás sabio. (Popular)
Un cristiano no se hace en las pruebas, pone en evidencia lo que es. O bien, las pruebas no hacen a los cristianos, los evidencian. (Apóstol Othoniel Ríos)
El camino del hombre lleva a un fin sin esperanza; el Camino del Señor a una esperanza sin fin.
El mucho arrodillarnos nos mantendrá en buena condición.
Quien se arrodilla delante del Señor puede estar de pie frente a todos.
¡El ejercicio diario es bueno! Caminemos con el Señor.
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