miércoles, 20 de noviembre de 2013

DIOS QUIERE HABLARTE AHORA

La aflicción es una parte de la vida. La Biblia dice: El hombre nace para la aflicción (Job 5:7). A veces los cristianos esperan que Dios los proteja de los problemas y de las desgracias, pero Dios nunca ha prometido hacer éso. Tanto los cristianos como las personas no salvas experimentan pruebas, problemas y sufrimientos.

La manera en que enfrentamos las pruebas de la vida, depende de la forma en que interiormente veamos y creamos las cosas. Si vemos todo desde un punto de vista netamente humano, nos sentimos desalentados y derrotados. Si miramos las cosas desde el punto de vista de Dios, reconociendo Su carácter maravilloso y viendo Su mano en todas las circunstancias, conoceremos la paz, el gozo y la felicidad.

"Aunque la higuera no florezca ni en las vides haya fruto, aunque falle el producto del olivo y los campos no produzcan alimento, aunque se acaben las ovejas del redil y no haya vacas en los establos; con todo, yo me alegraré en Jehová y me gozaré en el Dios de mi salvación. ¡Jehová, el Señor, es mi fortaleza! El hará mis pies como de venados y me hará andar sobre las alturas."

¿Ha descubierto usted eso? Que a pesar de que permanezcan los problemas y la presión siga estando ahí, se puede producir un fortalecimiento del hombre interior que hace que el corazón se regocije y se sienta alegre en medio de las dificultades y eso fue lo que descubrió Habacuc. "El Señor mismo dice, "es mi fortaleza. Y esa es la verdad del Nuevo Testamento. Esa es una manera desesperada de intentar deshacerse del problema, pero Dios ha ordenado que continúen los problemas. "En el mundo tendréis aflicción dijo Jesús, "pero tened valor, yo he vencido al mundo! (Juan 16:33)

Padre nuestro, gracias por esta revelación de la gran verdad que encontramos en todas las Escrituras, que tú eres el Dios de la historia. No hay acontecimiento que suceda sin que forme parte de tu plan y todas las cosas se mueven en relación con tu reino divino. Lo que tú has dicho que va a suceder sucederá y la historia del pasado lo corrobora, y todas las vueltas y maniobras realizadas por los hombres no lo impedirán. Señor, ayúdanos a elevar nuestros ojos en medio de nuestros problemas y a que recordemos que Dios es nuestra salvación, el Dios de nuestra fortaleza, y a hallar de ese modo la respuesta en medio de la aflicción. Te pedimos que nos hagas vivir de este modo, no de alguna manera, sino triunfantemente. En el nombre de Cristo, amen.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario