jueves, 31 de octubre de 2013

Los siervos verdaderos son fieles a su ministerio.

Los verdaderos siervos están disponibles para servir. 
Siempre deben estar listos para cumplir con sus deberes. 
Ser un siervo significa darle a Dios el derecho de controlar tu horario y permitirle que lo interrumpa en cualquier momento que lo necesite. 
Los siervos verdaderos prestan atención a las necesidades. Siempre están mirando las maneras de ayudar a otros. Cuando ven la necesidad, no dejanescapar la oportunidad.

Los siervos verdaderos hacen lo mejor con lo que tienen.
No tienen excusas, ni postergan ni esperan mejores circunstancias. Solo hacen lo que se requiere.
Dios espera que hagas lo que puedas con lo que tienes, dondequiera que estés.
Los siervos verdaderos cumplen sus tareas con la misma dedicación.
Siguen las instrucciones de Colosenses 3:23

“Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie en este mundo”

Jesús se especializó en tareas humillantes que otros evadían.
Él nunca se consideró por encima de nada, porque vino a servir.
Él hizo todas estas cosas y no fueron molestia para su grandeza,
lo hizo porque quiere que sigamos su ejemplo.

“Póngase el delantal de humildad para servirse unos a otros”
1 PEDRO 5:5

Los siervos verdaderos son fieles a su ministerio.
Terminan sus tareas, cumplen con sus responsabilidades, mantienen sus promesas y completan sus compromisos.
No dejan el trabajo a medias ni lo abandonan cuando se desaniman.
Son dignos de confianza y responsables.
Los siervos verdaderos mantienen un bajo perfil.
No se promueven ni llaman la atención sobre sí mismos.
Si se les reconoce por su servicio, lo aceptan humildemente, pero no permiten que la notoriedad los distraiga de sus trabajos.

Los siervos verdaderos no sirven para la aprobación o el aplauso de otros.

 Viven para ser famosos solo para Dios!!!






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