Yo firmemente creo que en cada creyente nacido de nuevo esta morando el Espíritu Santo, pero no todo creyente esta rendido a Su control. Nuestra experiencia de Su presencia divina depende de nuestro rendimiento a Él momento a momento. Si el Espíritu Santo debe tener una mayor parte en nuestras vidas, nosotros debemos hacer una elección deliberada y permitirle que Él tome el control.
El Espíritu quiere llenar nuestras vidas para que Cristo pueda establecerse y se sienta en casa como un residente permanente en nuestros corazones (Ef. 3:17). Nuestra oración debe ser que Cristo more, incluso ahora, en nuestros corazones y tome el control como el propietario legítimo.
Señor Jesús
yo te doy este día a ti. Me hago disponible para ti, para vivir Tu vida en y a través de mí. Toma estas manos y pies, esta lengua y estos ojos, y deja que ellos expresan un corazón lleno de ti. Ahora, ven vive en y a través de mí este día. Yo me rindo a Ti”.
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