miércoles, 20 de noviembre de 2013

Dios le dijo a Josué:


• Josué 6:5 Y cuando toquen prolongadamente el cuerno de carnero, así que oigáis el sonido de la bocina, todo el pueblo gritará a gran voz, y el muro de la ciudad caerá; entonces subirá el pueblo, cada uno derecho hacia adelante.
• Josué 6:20 Entonces el pueblo gritó, y los sacerdotes tocaron las bocinas; y aconteció que cuando el pueblo hubo oído el sonido de la bocina, gritó con gran vocerío, y el muro se derrumbó. El pueblo subió luego a la ciudad, cada uno derecho hacia adelante, y la tomaron.
vemos (en el verso 5) el mandato de Dios, y luego (en el 20) la obediencia. Estaban en batalla, era cuestión de vida o muerte y, aún así, ellos avanzaron cada uno derecho hacia adelante.

Cuando tenemos delante de nosotros la visión clara de nuestro objetivo, es necesario comprometernos con la misión, me refiero al cumplimiento de ese objetivo. Implicando todo nuestro esfuerzo y valentía en el logro, sin apartarnos del mandato de avanzar derecho hacia adelante. Esto fue lo que Jehová le había dicho a Josué:

• Josué 1:2 Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel.
• Josué 1:7 Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas.
• Josué 1:9 Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.

Si usted quiere ser prosperado en todo lo que emprenda, no crea jamás que será sin esfuerzo y sin valentía, es decir, sin DETERMINACIÓN.
Esto es parte del presupuesto, el costo de su éxito.

Josué 18:3 Y Josué dijo a los hijos de Israel: ¿Hasta cuándo seréis negligentes para venir a poseer la tierra que os ha dado Jehová el Dios de vuestros padres?

Dios le dice a usted hoy, estas mismas palabras: Levántate, y entra a la tierra que yo te entrego hoy. No retardes la bendición porque ya está dispuesta para que la tomes, y nadie te podrá hacer frente; Yo estaré contigo, no te dejaré ni te desampararé, esfuérzate y se valiente porque tú lograrás concretar la visión.

Realmente me embarga la emoción al pensar que si usted ha comprendido estos principios, a partir de hoy, su vida nunca más volverá a ser la misma. Y creo firmemente que escucharé testimonios de aquellos que han decidido concretar sus sueños en Cristo.

Porque sencillamente en Cristo: ¡SE PUEDE!


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