jueves, 15 de agosto de 2013
PROSIGAMOS A LA META EN CRISTO JESUS
PROSIGAMOS A LA META EN CRISTO JESUS
En la Palabra de Dios se emplea la imagen de un corredor para dar a entender que el creyente tiene ante sí una meta. Así como el atleta que hace el mayor esfuerzo para alcanzar la línea de llegada lo más pronto posible, el apóstol Pablo proseguía “a la meta”. Él había sido “asido por Cristo”; su vida había sido radicalmente transformada. Al dejar a un lado todo lo que podía distraerle, con todo su ser tendía hacia Cristo.
La carrera de la fe tiene una meta: estar con Cristo en la gloria. No nos dejemos detener o retrasar por nada de lo que podría estorbar esta carrera: las dificultades, las preocupaciones, pero también el pecado.
El creyente puede contar con Dios para acabar su carrera y obtener el premio del vencedor.
El alimento y la fuerza hallados en la lectura de la Palabra de Dios y en la oración lo estimulan para correr con perseverancia, “puestos los ojos en Jesús”.
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