En esta vida todo es temporal, pasajero e inestable y a veces el ser humano vive como si no fuera a morir nunca, acumula y ambiciona sin límites, se jacta y se llena de soberbia por logros conseguidos, alimenta la envidia y el egoísmo menospreciando con ello al prójimo.
De nada sirve afanarse tanto en las preocupaciones y problemas del diario vivir, los cuales solo hacen desviarse y que se pierda la paz que Dios nos da, haciendo que se olvide que somos polvo y que a él volveremos..
gran verdad...
ResponderBorrarcielo y tierra pasaran pero las palabras de DIOS nunca pasaran,siempre seran cumplidas...
ResponderBorrarque terrible sentencia
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