sábado, 21 de diciembre de 2013

Como mejorar la comunicación con Dios.


Muchas veces nos preguntamos, porque no funciona mi comunicación con Dios, porque Dios parece no escucharme, porque no me contesta?, sobretodo en los momentos en que más lo necesitamos, cuando más preocupados, angustiados o necesitados estamos de su misericordia.

En esos momentos nos sentimos abandonados, como si no significáramos algo especial para él.

Que tal, que cuando tratáramos de hablar con él, siempre escucháramos el  famoso mensaje “su saldo es insuficiente para completar la llamada”.

El “No tengo minutos espirituales”, se convierte en una constante en nuestras vidas y nos desespera el no recibir una respuesta inmediata.

Siempre quisiéramos que cuando tratáramos de hacer contacto, se nos apareciera Jesús, como en una nube resplandeciente y nos preguntará que es lo que te aflige y como te puedo ayudar.

Muchas veces esperamos que Dios sea ese genio de la lámpara, que ante nuestro llamado responda “en que te puedo ayudar amo?”

Hemos escuchado testimonios de apariciones especiales donde Jesús o la virgen se aparecen y nos dejan un  mensaje  transcendental, y nos preguntamos por que a mi no me habla tan directamente?

Pero la realidad es que aunque estos casos se dan, Dios se comunica con nosotros de una forma diferente.

El Problema es que nosotros “NO ESCUCHAMOS”, Dios esta constantemente hablándonos por medio de las cosas sencillas, triviales y de las más comunes, mucho más corrientes de lo que creemos.

Dios se comunica en nuestro presente, el cual debe ser el presente de Dios, pero siempre estamos distraídos, ocupados en las cosas del mundo, o lo que es peor dormidos a sus palabras.

En una encuesta realizada a la salida de unas misas, se le preguntaba a los feligreses, cual había sido la primera lectura y si podía hacer un comentario,  el resultado de la encuesta mostró,  que cerca del 90% de los asistentes no sabia, o no se acordaba de este mensaje.

Las excusas fueron de todas y pocos reconocieron que se habían distraído  durante la ceremonia.

El diablo siempre estará atento a robar nuestro presente y mucho más cuando nos encontramos en un lugar santo como la Eucaristía.

Por ello en el momento de las lecturas de la palabra de Dios, él nos utiliza a todos para distraernos, con la tos de la persona que se encuentra en banca de al lado, el niño que llora, el celular que suena, y en general todo lo que nos pueda distraer, con tal de que perdamos ese precioso momento en el cual “el verbo se hace carne en nosotros”, ya que como nos lo dice el evangelio de San Juan, “el verbo se hizo carne y habito entre nosotros”, en este momento de la primera lectura, el salmo y el evangelio, el verbo se hace carne y podemos recibir una eucaristía fortalecida, ya que en caso contrario la eucaristía será desnutrida.

Es por ello que el diablo actúa, allí con todo su fuerza para robarnos la gracia.

Y tal vez, ese mensaje dado en la primera lectura, era, “ese mensaje que necesitábamos”, para aclarar  nuestras dudas, y si Dios trataba de comunicarse con nosotros en ese momento?

Dios siempre intenta comunicarse contigo en tu presente, pero generalmente te coge distraído, por ello siempre nos dice en la Escritura “Estad despiertos”,  porque la tentación es descuidarte para que pierdas tu momento presente, con preocupaciones, temores, viajando en el pasado o en el futuro, y muchas veces tiene que ingeniárselas para meterse en el Televisor o en tus audífonos a los cuales te mantienes conectado todo el tiempo.

Por ello también nos dice “cada día con su afán”, porque nunca sabrás si existe un mañana y si lo hay  nunca, sale como lo planeaste.

En Mateo 6, 34,  la palabra de Dios nos dice: “Así que no os preocupéis del mañana: el mañana se preocupará de sí mismo. Cada día tiene bastante con su propio mal”.

Para mostrarnos lo inútil que  es perder el presente con preocupaciones inútiles y con pensamientos que nos sacan del vivir el momento presente.
También nos dice, por que se preocupan por tantas cosas como que comeréis, etc.

En Lucas 12, 22,  el señor nos dice:
 22 Dijo a sus discípulos: «Por eso os digo: No andéis preocupados por vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis:
23 porque la vida vale más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido;
24 fijaos en los cuervos: ni siembran, ni cosechan; no tienen bodega ni granero, y Dios los alimenta. ¡Cuánto más valéis vosotros que las aves!
25 Por lo demás, ¿quién de vosotros puede, por más que se preocupe, añadir un codo a la medida de su vida? 26 Si, pues, no sois capaces ni de lo más pequeño, ¿por qué preocuparos de lo demás?
27 Fijaos en los lirios, cómo ni hilan ni tejen. Pero yo os digo que ni Salomón en toda su gloria se vistió como uno de ellos.
28 Pues si a la hierba que hoy está en el campo y mañana se echa al horno, Dios así la viste ¡cuánto más a vosotros, hombres de poca fe!
29 Así pues, vosotros no andéis buscando qué comer ni qué beber, y no estéis inquietos.
30 Que por todas esas cosas se afanan los gentiles del mundo; y ya sabe vuestro Padre que tenéis la necesidad de eso.
31 Buscad más bien su Reino, y esas cosas se os darán por añadidura.

Esto nos muestra lo inútiles que son nuestras  disertaciones mentales en que nos enfrascamos y por ello siempre estamos distraídos.

Dios siempre se esta comunicando a través, del prójimo que pasa a tu lado, del suceso que llega a cada instante, de la supuesta coincidencia (“Diosidencia”)  que se presenta en cada momento de tu vida, pero generalmente la ignoramos,  la dejamos pasar sin ponerle atención. Ten presente que en el mismo padrenuestro, le pedimos a Dios por el pan de cada día y no por el pan semanal.

Dios siempre esta allí, a tu lado, deja de  ignorarlo, no lo dejes pasar a tu lado sin prestarle atención.

El, esta aquí, ahora, hablándote en este instante no lo ignores.

Deja ya de estar tan preocupado, pon tu  FE  total  en él.

El te habla a través de su palabra, a través del hermano necesitado, a través de cada acontecimiento que vives, solo necesitas estar atento a sus señales.

El ciego de Jericó, en Lucas 18, nos muestra como debemos estar atentos al paso del Señor para que él, nos responda.
35 Sucedió que, al acercarse él a Jericó, estaba un ciego sentado junto al camino pidiendo limosna;
36al oír que pasaba gente, preguntó qué era aquello.
37 Le informaron que pasaba Jesús el Nazareno
38 y empezó a gritar, diciendo: « ¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!»
39 Los que iban delante le increpaban para que se callara, pero él gritaba mucho más: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!»
40 Jesús se detuvo, y mandó que se lo trajeran y, cuando se hubo acercado, le preguntó:
41 «¿Qué quieres que te haga?» El dijo: «¡Señor, que vea!»
42 Jesús le dijo: «Ve. Tu fe te ha salvado.»
43 Y al instante recobró la vista, y le seguía glorificando a Dios. Y todo el pueblo, al verlo, alabó a Dios.

No importa si estas ciego o no, pero si permaneces atento al paso del señor, él te responderá y si tu fe es firme, te quitará la venda que no te deja ver.
La pregunta es, como prepararse, como hacer una “recarga espiritual”? o como facilitar la comunicación?

La comunicación es más nítida cuando te encuentras en estado de santidad y más turbia y poco clara cuando te encuentras en pecado, es por ello que mediante la Oración, el ayuno y la escucha de la palabra de Dios, la comunicación se aclara y se vuelve nítida, al igual que cuando te haces presente delante del santísimo, pero no con una carpeta de peticiones y quejas sino, con el oído abierto a lo que él, quiera decirnos.

La Oración es el eterno presente de Dios, pero esta debe ser realizada a conciencia,  pensando y viviendo lo que manifiestas en cada oración, solo así, tiene el valor que nos fortalece.

Solo vasta entonces permanecer atento como las vírgenes que no dejaron apagar sus lámparas a la  espera del novio, y por ello el señor en Lucas 12, nos dice:

35 «Estén ceñidos vuestros lomos y las lámparas encendidas,
36 y sed como hombres que esperan a que su señor vuelva de la boda, para que, en cuanto llegue y llame, al instante le abran.
37 Dichosos los siervos, que el señor al venir encuentre despiertos: yo os aseguro que se ceñirá, los hará ponerse a la mesa y, yendo de uno a otro, les servirá.
38 Que venga en la segunda vigilia o en la tercera, si los encuentra así, ¡dichosos de ellos!
39 Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora iba a venir el ladrón, no dejaría que le horadasen su casa.
40 También vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del  hombre.»
Hay que permanecer preparados no solo para la llamada del señor, sino también para su llegada al final de los tiempos.
Por ello, hoy te invito a que vivas con mayor intensidad cada momento en tu vida, para que el Señor pueda manifestarse más fácilmente.
Recuerda que si Jesús resucitado esta en tu corazón, la llamada es “local”, pero si se encuentra lejos de ti, la llamada es “larga distancia” y nos cuesta más mantenerla.



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