jueves, 19 de septiembre de 2013

ESTA MAÑANA NO ME LEVANTE CON EL PIE DERECHO, ME LEVANTE EN LAS MANOS DE DIOS

La mano de nuestro Dios es para bien sobre todos los que le buscan.
Esdras 8:22.

¿Existen esas manos que se extienden hacia mí? En Isaías 59:1 leemos: “He aquí que no se ha acortado la mano del Señor para salvar”. Dios, el único y todopoderoso Dios, no se ha retirado de este mundo ni me ha entregado a un ciego destino.

Mediante su Hijo Jesucristo, quien fue hecho hombre para vivir y morir aquí por seres pecadores, Dios extendió sus manos hacia nosotros. Debemos preguntarnos: –¿Queremos confiar en ellas? El Señor Jesús quiere otorgar al lector perdón, paz y seguridad. Sus manos son bastante fuertes para sostenerle en las crisis de la vida. ¿No quiere confiar en él con fe?

Jesús dijo: “Mis ovejas oyen mi voz… Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre” (Juan 10:27-29).



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